Bienvenidos a
Montecristi
La joya del noroeste, la provincia fronteriza de Montecristi presenta un paisaje salvaje y cautivador, ideal para aventuras fuera lo común. Plantaciones de arroz y plátano, cabras y cactus gigantes se encuentran a lo largo de la carretera que te lleva hasta estanques de sal y acantilados de piedra caliza que abrazan el océano atlántico y sus olas. Alrededor de este escenario parte desierto y parte similar al mediterráneo, túneles de manglares te llevan hasta frescas lagunas, mientras que cayos mar adentro se llenan de aves migratorias y ofrecen playas de arena blanca aisladas.
El modesto pueblo de San Fernando de Montecristi, fundado por Nicolás de Ovando en 1501 y nombrado en honor al Rey Fernando de España revela un legado rico e inspirador. Aquí fue donde el cubano José Martí y el General dominicano Máximo Gómez planearon la independencia de Cuba de España, puedes ver varios documentos expuestos en el Museo Máximo Gómez. Juan Isidro Jiménez, Presidente de República Dominicana de 1899 a 1911, era originario de Montecristi, aprovechó que los inmigrantes llegaron desde Europa, Estados Unidos y Sudamérica durante este período para ayudar a exportar la madera y los productos agrícolas de la región. El pueblo fue transformado en un puerto comercial importante. Pocos saben que Montecristi fue el lugar donde se instalaron el primer acueducto, las primeras vías de tren y el primer teléfono de República Dominicana.
Los atardeceres adornan el pequeño pero hermoso malecón de este pueblo al igual que sus playas, con múltiples hoteles y restaurantes que rodean el área, y que preparan la especialidad de esta zona, el chivo (cabra) picante. Desde tu mesa frente al mar y desde cualquier punto del pueblo podrás ver El Morro, la icónica meseta que reina sobre Montecristi y a sus pies se encuentra una espectacular playa. Aquellos que se aventuran fuera de la arena y hacia el Océano Atlántico podrán practicar kitesurf o ir bajo el mar para explorar la barrera de coral que corre en paralelo a El Morro y se extiende hasta Punta Rucia. Es el arrecife más grande y saludable de República Dominicana. A la distancia y a lo largo de la bahía de Montecristi se encuentra una de las mejores zonas de snorkel y buceo del país, Cayo Siete Hermanos, una serie de siete cayos que también son áreas de anidación de piqueros pardos y otras aves migratorias.
Por último, pero no menos importante, querrás ver los naufragios de Montecristi, sus aguas son conocidas como “el cementerio de barcos del Caribe” con más de 450 galeones hundidos que datan hasta la época de Colón, muchos de los cuales aún esperan ser descubiertos y estudiados por arqueólogos marinos.
Con un terreno salvaje cargado de sorpresas al aire libre, Montecristi es donde podrás vivir tu propia aventura de Piratas del Caribe.
La principal puerta de entrada a Montecristi es el Aeropuerto Internacional del Cibao (STI) en Santiago, seguido por el Aeropuerto Internacional Gregorio Luperón (POP), en Puerto Plata.